Después de una temporada decembrina bastante agitada a nivel
personal, en la que pude no solo reflexionar sobre las diferentes cosas que
carcomen a esta sociedad, sino ver mi realidad con otros lentes que me
mostraron una serie de verdades que me negaba a ver, pienso que lo más oportuno
es hablar de lo que se convirtió en comidilla el último mes y que va a
continuar hasta quien sabe cuando.
El alcalde Gustavo Petro, quien se enfrenta a una destitución
por parte de la procuraduría y que en este proceso, ha logrado convocar a
diversos sectores a favor y en contra de su polémica gestión.
Decir que Petro ha sido el mejor alcalde que ha tenido esta
ciudad es decir mentiras, pero decir que la ciudad esta peor con el también es
faltar a la verdad. No pretendo defenderlo como un fan, pero si hay que
reconocer algo, es que por primera vez en varios años, sentí que la ciudad
tenia un rumbo, que había alguien que quería sacarle provecho a esta ciudad y
no propiamente saqueando sus arcas como si lo hicieron los dos anteriores
burgomaestres.
Su gran pecado fue ganar en una época en la que si no estas
con el sistema, estas contra el, no hay terceras vías sino únicamente amigos y
enemigos, esa fue la enseñanza de nuestro Gran Colombiano y es lo que lo ha
llevado a hacer tantos amigos, el temor que hay sobre su largo brazo que atrapa
todo lo que quiere, igual que el procurador, un sujeto que pretende imponer una
religión por encima de la ley de los hombres, otro síntoma de que no vamos para
ningún Pereira.
El asunto que lo tiene al borde de su salida del Palacio
Lievano es claro, su pésimo manejo del contrato y operación de disposición de
basuras en una ciudad que produce cerca de 8000 toneladas diarias de residuos sólidos,
situación que personalmente, curioso del tema ambiental es una hecho gravísimo que
no solo atenta contra las empresas “afectadas” sino que pone en riesgo la vida
(no la calidad de vida sino la existencia) de millones de personas que se
vieron al borde de una emergencia sanitaria por el tema de la disposición de
las basuras.
Pero mas que sacar conclusiones, quisiera proponer algunas
preguntas que me surgen, algunas desde la pura cizaña y otras desde la mas
transparente ignorancia, para dar mi punto de vista sobre el asunto.
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Si lo que se le achaca al alcalde es su falta de
control, ¿Por qué se le pone como si el fuera culpable de la ejecución?
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Si incurrió en algún delito, ¿Por qué la
documentación no fue enviada de manera diligente a la fiscalía dentro del
proceso disciplinario?
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¿Qué
tanta responsabilidad penal o disciplinaria le cabe dentro de un proceso que
muchos han llamado una “falta administrativa” que es muy diferente a un delito?
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¿Por qué luego de todo lo sucedido con el
proceso del exalcalde Samuel Moreno, aún la procuraduría no se pronuncia ante
los evidentes casos de corrupción?
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Si el Exalcalde Luis Eduardo Garzón fue quien licitó
la troncal de la calle 26 a los Nule, ¿Por qué no hay investigación formal
contra él y su grupo de gobierno?
Lo único que queda claro para mí por el momento, es que la
decisión del procurador no hace otra cosa más que hacerle daño a un modelo de
democracia que ha estado viciado por años, una puñalada que propina un sujeto
que no conoce la democracia y que la fuente de su poder es una viciada, polémica
y muy investigada elección y reelección plagadas de favores políticos.
Ignorar que Petro cometió errores es un pecado político que
muchos están cometiendo, pero crucificarlo y dejar la ciudad en manos de los políticos
tradicionales que no han hecho sino sumirnos en esta crisis institucional de la
que no se le ve salida posible, es la peor decisión que puede tomar alguien que
realmente quiera la ciudad.
Adendum: Hasta el lento brazo de la justicia Colombiana
llegó al polémico gobernador de la Guajira antes que el eficiente y diligente
aparato de la procuraduría. La contraloría recupera 38 centavos de cada 100
pesos que se pierden y el procurador ahí si no se pronuncia, la reforma a la
salud esta casi negociada por las EPS y eso también es un asunto que hace parte
de la forma de hacer política según la procuraduría y el país aún no se explica
porque para algunos fenómenos el ministerio publico es extremadamente
eficiente, pero para otros temas parece mirar hacia otro lado.