Pasaron las elecciones de primera vuelta y salieron varias sorpresas que indican que la campaña si fue efectiva: Zuluaga gana con cerca de 500 mil votos de ventaja sobre el Candidato-Presidente, Clara se coloca en un honroso 4 puesto muy cerca de la candidata conservadora, lo que indica el potencial que tiene la izquierda, a pesar de haber tenido una campaña sonsa y muy poco agresiva (no ofensiva, sino con propuestas más audaces y un poco más de show mediático) y finalmente un Peñalosa que nuevamente las urnas le cobran su ambición de poder y su falta de principios al momento de hacer política.
Con este panorama hay dos candidatos a segunda ronda que son
en esencia lo mismo, oligarcas patrocinados por los grandes grupos económicos que
sin importar quien se ponga la banda presidencial el 7 de agosto, van a seguir
sumiendo a Colombia en el mismo letargo político, dando la misma mermelada, el
mismo soborno y los mismos puestos a los mismos amigos. Su gran diferencia
radica en el modo de hacer las cosas.
Santos es un “pacifista”,
se puso la máscara de guerrero como ministro de hacienda para hacerse ver como
un hombre fuerte, decidido y con carácter, tres cosas que le han faltado como
mandatario, se deja manosear por todos y solo ha tenido mano fuerte para atacar
a su antecesor y a quienes le han dicho en la cara que este país merece un
mejor rumbo, de la mano de una fuerza pública que se replica como una fuerza de
represión y terror de los manifestantes, habló de un gobierno de tercera vía
pero lo único que hemos visto es más exenciones, mas bancos ganando dinero, “mas”
trabajo pero en iguales condiciones, el sub empleo no mejora y sus locomotoras
han demostrado la incapacidad de equilibrar lo social, económico y ambiental,
siempre terminan arrasando al menos una de ellas, y aún no vemos el dichoso
crecimiento espectacular prometido por su campaña.
Zuluaga es un “guerrero”, si bien sus credenciales no son las
más impresionantes, su equipo de campaña ha sabido moldear a la perfección un “Uribe
II” no solo en sus ideales, sino en su voz, su tono, sus expresiones y su
lenguaje corporal; un trabajo casi perfecto. En cuanto a sus propuestas, habla
de un mejor camino, sigue con sus cuentos de la seguridad y propone unas
condiciones que el podría llevar a la práctica ya que fue “ministro de hacienda”
(Santos también lo fue y hecho mano de ello en la campaña de 2010), ha salido
en vídeos controversiales que de ser ciertos darían a entender de que el no
tiene el mas mínimo reparo en romper la ley cuando esta se ponga en contra de
sus intereses.
No se por quienes vayan a votar ustedes, algunos hablan de
votar por Santos para prevenir caer en manos de los paramilitares, otros de no votar
por Santos para evitar caer en manos del “Castrochavismo” (dos ideas tan ridículas
y fantasiosas que se caen de su propio peso). Lo único que se es que ninguno de
esos dos candidatos representa lo que pienso como ciudadano, ni como empleado,
ni mucho menos como Colombiano. Solo se que gane quien gane, el único que
pierde es el mismo votante medio que promueve a Santos como el hombre de la Paz
y a Uribe como su gran Colombiano.
Entre dos males, no elijas ninguno.
PS: Tenebroso como Uribe y Vargas Lleras reclaman la gloria
de nuestros deportistas, eso muestra su talante egocéntrico y poco constructivo
de sus propuestas.