ENERO DE 1986, HISTORIA PARTIDA EN DOS (O EN TRES DIRIA YO)
Luego de una serie de retrasos debido a las malas condiciones climáticas, el 28 de enero de 1986 el CHALLENGER por fin obtiene permiso desde control de lanzamientos para despegar desde la plataforma 39 A hacia el espacio, en otra misión considerada ya “de rutina”. El lanzamiento de realiza dentro de las operaciones de control y seguimiento previstas. A las 16:38:00 UTC sale de la plataforma con rumbo indicado, pero a los 58 segundos de vuelo los sistemas empiezan a detectar que algo no va como se había planeado, algo para lo cual es necesario entender un par de cosas antes de proseguir.
El transbordador es un cohete compuesto de tres unidades principales, el orbitador (que es el planeador en si), un tanque externo (conocido en ingles como External Tank) que provee combustible durante el lanzamiento y luego se quema en la atmosfera (el anaranjado que se separa del orbitador cuando ya va en una trayectoria de orbita), y finalmente los dos aceleradores solidos (conocidos como Solid Rocket Booster o SRB) que son los que se proveen del Externa Tank y proveen casi un 70% del impulso que requiere la nave para alcanzar orbitas bajas; este SRB es reciclable y se puede usar en tres o cuatro misiones ante de desecharlo.
El SRB al ser tan grande y tener que transportarse desde otra factoría antes de llegar a su destino de ensamblaje en Cabo C
añaveral, se llevado por partes para ser ensamblado en la base, y en las uniones se colocan anillos de sellamiento para asegurar que estos no se van a desprender ni van a presentar fugas, estos anillos eran conocidos como anillos “tipo O”. Un informe de los constructores del SRB, indicaba una alta probabilidad de fugas en estas uniones debido a contracciones que sufren los anillos O en caso de presentarse heladas y otros fenómenos climáticos. El documento también señalaba unas medidas correctivas para prevenir una fuga y una posible desintegración del cohete en su ruta de ascenso, cosa que la historia demostró que nunca se hizo.
Volviendo a ese día, a pesar de que los sistemas notaron una disminución de algunos niveles, el tiempo de respuesta fue corto y no hubo nada que se pudiera hacer. A los 73 segundos de vuelo un escape de combustible se convirtió en una gran llama que en cuestión de fracciones de segundo envolvió la nave en un halo de fuego, una explosión y luego la nave se precipitaba al océano ante la mirada impotente de todos los asistentes al lanzamiento. 7 astronautas muertos, una nave destruida, y el orgullo americano hecho trizas, de inmediato comenzaron las investigaciones que tomaron mas de un año en recabar y analizar toda la información, luego otro tiempo mas sacando las conclusiones y tomando los correctivos del caso para permitir al transbordador nuevamente volver al espacio.
Aunque informes posteriores de la NASA indicaron que ninguno de los astronautas estuvo consciente al momento del choque con el océano, hay indicios bastante fuertes acerca de la posibilidad de que al menos cuatro de ellos si lo estaban, activaron sus unidades de emergencia de oxigeno, y hasta se lograron prestar ayuda en los aproximadamente 3 minutos de caída libre, aunque (como ocurrió en el accidente del Columbia) sabían que irremediablemente morirían.
Aunque la mayoría de desastres conocidos en los diversos programas espaciales los ha puesto Rusia, El programa espacial Americano ha puesto más muertos (ya lleva 17) lo cual encendió las alarmas acerca de la seguridad de los vuelos espaciales, y las condiciones en las cuales son llevados hasta sus sitios de trabajo (ser astronauta es un complique para conseguir un seguro de vida decente).
Luego de esto, el Discovery es enviado el 29 de septiembre de 1988 a recuperar el honor perdido por su compañero, y de nuevo las esperanzas del programa espacial Norteamericano vuelven a flotar hacia la construcción de la estación espacial, que ya en ese momento estaba en planos base y solo necesitaba una inyección presupuestal para ser aprobada e iniciar su construcción, el cual el trans
bordador tendría el papel de ensamble y provisión de los hombres que se instalarían allá.
DE COMPETENCIA A ALIADOS
Pero como no siempre las cosas resultan acorde a lo planeado, la NASA antes vio un nuevo recorte presupuestal lo que echo por tierra las esperanzas de la estación FREEDOM, mientras veían como los Rusos montaban la Estación espacial MIR (paz en Ruso) y la mantenían desde 1989 hasta el 2001 cuando se dejo venir a Tierra para poder levantar la ISS.
Mientras tanto, los transbordadores, que en el momento eran tres (Columbia, Discovery y Atlantis) hacían viajes al espacio, se vieron acompañados desde 1992 al entrar en servicio el ENDEAVOUR, un nave mas moderna y completa, que entraba a cumplir las labores que había dejado inconclusas el CHALLENGER.
Dentro de las misiones mas relevantes entre 1988 y 1995 estuvieron la entrada en servicio del telescopio Espacial Hubble el 24 de abril de 1990, El lanzamiento de la sonda espacial Galileo (que exploró Júpiter entre 1995 y el 2003), y numerosos envíos de satélites de comunicaciones de baja altura (los que orbitan de 500 a 1000 kilómetros de altura).
En 1995 la historia de la exploración espacial conjunta se parte en dos, cuando el 3 de febrero de ese año, el transbordador Discovery atraca en uno de los embarcaderos de la Estación espacial MIR, iniciándose así, un programa conjunto que aun continua en la ISS, este intercambio de tecnología (ya que el transbordador proveía un espacio amplio de carga y descarga de materiales e insumos, y la estación proveía un área de trabajo permanente en el espacio) será determinante para las ambiciones de ambos países en construir la estación espacial Internacional.
De ahí hasta mediados de 2001, el transbordador se convirtió no solo en el vehículo de carga de la NASA, sino también paso a formar parte de los experimentos Rusos que buscaban mantener una obsoleta estación espacial, que estuvo mas de una vez a punto de causar una tragedia.
Ya luego de esto, le fue encomendado a la NASA, lo que seria su ultimo gran trabajo: Ensamblar la ISS.