jueves, 26 de julio de 2012

LA CULPA ES DE LA VACA


Desde hace años venimos con el cuento de las vacas, y no propiamente de aquellas que proporcionan leche, sino de aquellas que se vuelven sagradas, que atentan contra las empresas, las familias, los estados y se vuelven parásitos de la monotonía y de la desidia humana. Sobre eso hay una gran cantidad de literatura que explica que cuando se encuentra una vaca, hay que ponerse sobrero de vaquero tomar una soga y salir de cacería para que, en el mejor de los casos, podamos disfrutar una deliciosa hamburguesa con su jugosa carne, después de todo la hemos alimentado con o sin culpa por muchos años.
Pero en el país del sagrado corazón de Jesús todo es posible, incluida la opción de tomar a la vaca bajo nuestra ala, y cual monjes tibetanos, alimentarla, cuidarla y rendirle culto solo por el hecho de ser sagrada. Los ejemplos sobran: La tauromaquia es una tradición que no se puede romper, el voto en el senado es secreto y tampoco se puede cambiar esa tradición, Colombia es un país de conflictos y por eso el reality de moda debe mostrar eso como prueba reina de nuestra idiosincrasia, somos un país que vivió la época del narcotráfico y por eso no debemos olvidar lo que pasó (como si hoy exportáramos mas café que coca), somos un país que vive bajo la utopía de la seguridad como pilar fundamental de su desarrollo.
Por eso hoy mismo la gente no sabe a quien echarle la culpa de lo que sucede en este país, el Uribismo le echa la culpa a Santos, Santos a la guerrilla, la guerrilla a los paras, los paras a los políticos, los políticos a otros políticos y estos últimos a los medios, quienes finalmente dicen que el problema no es de ellos sino del televidente que pide eso. LA CULPA ES DE LA VACA.
Como colombianos aceptamos una justicia que no funciona, deja libres a los delincuentes y en cambio deja por años encerrados a personas inocentes que simplemente no tienen como pagar un buen abogado. También aceptamos un legislativo que solo legisla en pro de sus propios intereses, pasando por encima la voluntad de un pueblo y que se jacta de decir “usted no sabe quien soy yo”, como si el pueblo tuviera que tenerles miedo. Un ejecutivo que a leguas se le nota que le esta quedando grande el país, apoyado por un circulo mediático que magnifica cada derrota y minimiza todo éxito obtenido, creando la formula perfecta para el desastre. Tenemos una oposición que no construye, unos porque no se les da la gana y otros porque simplemente todo lo que dicen suena subversivo para el resto del país. Aceptamos que un sujeto que defraudo a la nación, sea homenajeado como un mártir de una sociedad que solo busca su propio interés. Aceptamos que un expresidente amenace funcionarios públicos con “darles en la cara” y el público solamente diga que es por su carácter frentero, eso ya es amenazar, digo yo. Aceptamos que los dos últimos alcaldes de la ciudad, sean personajes que ni nacieron en la ciudad, ni la quieran hacer respetar.
Lo mas triste de todo es que mientras aceptamos esta cruda realidad, ignoramos otras cosas, el simple hecho de no luchar por un sistema de salud que no nos desangre y que no convierta el derecho a la vida (constitucional de por sí) en un negocio del que algunos pueden lucrarse, que la clase política se robe nuestros impuestos impunemente y aun así pensemos que es una estupidez que salgan de allí. Damos la espalda cuando alguien se cola en el transmilenio y hasta pensamos en seguir su ejemplo. La emprendemos contra los indígenas, siendo que ellos han sufrido lo que nosotros en nuestras cómodas ciudades nunca viviremos. Somos felices con las monedas nuevas que realzan nuestra riqueza natural, sin darnos cuenta que en el fondo, es un sofisma de distracción mientras el país le es entregado a las multinacionales que no les importa el medio ambiente, solo la riqueza que puedan extraer de él.
Aquí lo único que interesa es la seguridad, como si lo demás no fuera importante, hemos convertido ese tema en nuestro caballo de batalla, le quitamos recursos a las bibliotecas, al deporte, a la cultura y a la ciencia para traducirlo en balas y carros de combate. Formamos soldados que no saben ni como atender a un civil y creen que todo aquel que no porte un uniforme es un enemigo no declarado (pregúntenle a mi hermano y a mi mamá, dos de las personas mas pacificas que conozco), en lugar de formar investigadores para remplazar efectivamente todos los cultivos de coca que nos tienen jodidos, en lugar de crear escuelas donde se evidencie la consolidación del estado y que los niños no tengan que irse a las filas de la guerrilla porque no conocen otro estado. Hoy día evitamos formar ciudadanos Colombianos, porque es mas importante ver que los Rolos son los acartonados y elitistas, los Paisas son una chimba pero tramposos como ellos solos, los costeños son los parranderos, los pastusos son los brutos y los santandereanos son de mal genio.
Por cosas como estas es que Caracol y RCN siempre van a estar ahí, porque nos dan de lo que nos gusta, sin que pensemos tanto, sin que analicemos, simplemente tomar lo que ellos nos digan y asumirlo como verdad absoluta, vemos sus novelas porque un documental es para los nerds y los que les toca pensar. Vemos los realitys porque son divertidos, las viejas están buenas (o los manes aguantan) y es que esta noche se van a dar en la jeta o van a hacer trampa (aclaro, no los veo, pero si he leído los análisis que se han hecho, si usted hace al revés, debería seriamente reconsiderar saludarme nuevamente). Vemos los noticieros porque la sección de farándula esta de muerte y porque hay que enterarnos que otra canallada hicieron esos “indios” del Cauca.
Este es el país en el que tuve la fortuna de crecer, mis maestros, mi formación y la vida misma me han dado las herramientas para ver todo esto, pero lo que también se, es que no quiero que mis hijos crezcan en un ambiente que solo propicia la mediocridad y la chabacanería como modelo cultural, un ambiente donde es mas importante ser el personaje de moda que tener algo de carácter, un país que se vanagloria de su propia ignorancia y pretende usarla como excusa para no cambiar y ser mejor, ya que eso cuesta mucho.
Eso es lo que pienso y al que no le guste y crea que la culpa es de la vaca, venga y dígamelo, que con mucho gusto le doy en la jeta mari…

No hay comentarios: